lunes, 9 de febrero de 2015

Sin pensar

Supongamos que hoy me acorde de ti... ¿Te sorprenderías?
Digamos que no hay día que no piense en ti... ¿Volverías?
A veces pensamos demasiado, está en nuestra naturaleza, pero de tanto pensar muchas veces fallamos. Ocurre por ejemplo cuando escribes algo dejándote llevar y luego lo acabas borrando. Cuando crees firmemente que esta vez cambiarás, pero lo acabas dejando. Quizá sea mejor pensar menos y actuar sin pensar demasiado, la intuición no suele fallar, dicen. Y ya sabes que yo siempre he sido muy sagaz. 
El mundo a nuestro alrededor nos insta a mantener los pies en la tierra, aunque nuestro interior esté hambriento de libertad, deseando saltar desde el ático para surcar el cielo, sin importar la dirección del viento, solo que nos deslice a cualquier parte. 
¿Y si lo hacemos así? Esta vez sin pensar. Podemos decidir de una vez por todas, ya sin lamentos, sin miedo, simplemente dejándonos llevar. 
Huiremos de todas las capitales tan reclamadas por los poetas en sus escritos, esta vez no iremos ni a Paris ni a Roma. Tampoco a Praga o a Milán. Iremos a cualquier lugar desconocido, paseando por calles que no son nuestras, dejando pasar los hoteles de cinco estrellas para quedarnos en el apartamento más trivial. Sí, lo haremos así. Simplemente, sin pensar.
Alice Liddell

No hay comentarios:

Publicar un comentario